Reseña de prensa: la Fraternidad San Pedro queda exenta de Traditionis custodes (2)

Fuente: FSSPX Actualidad

La situación de la Misa tradicional después de Traditionis custodes

El 11 de febrero de 2022, el Papa Francisco firmó un decreto que exime a los sacerdotes de la Fraternidad Sacerdotal San Pedro de las disposiciones del motu proprio Traditionis custodes (16 de julio de 2021), que restringe severamente la posibilidad de celebrar la Misa Tridentina.

Requisitos conciliares y benevolencia pastoral

Dos declaraciones recientes solo pueden alimentar el temor de los círculos ex-Ecclesia Dei.

El 24 de febrero, monseñor Arthur Roche, prefecto de la Congregación para el Culto Divino, concedió una entrevista a Christopher Lamb, del periódico católico británico The Tablet. Sus declaraciones fueron publicadas en el blog de Jeanne Smits del 26 de febrero.

El prelado afirma que el objetivo de su dicasterio es "proseguir la aplicación del documento del Concilio Vaticano II sobre la liturgia, Sacrosanctum Concilium. (…) Esta es su Carta Magna", dice, refiriéndose a la Carta Magna de Inglaterra de 1215.

Luego afirma que "si bien todavía es posible usar el Misal de 1962, no es la norma. Es una concesión pastoral". Y añade sin rodeos que no está en condiciones de saber si la antigua forma de la Misa acabará por caer en desuso, pero que el objetivo de Traditionis custodes es precisamente acercar a la gente "a la comprensión de lo que exige el Concilio".

El prelado británico señala entonces que la constitución dogmática de Vaticano II sobre la Iglesia, Lumen Gentium, se aleja del modelo de la Iglesia como "sociedad perfecta" para acercarse –según él– a la noción bíblica de la Iglesia como pueblo de Dios en peregrinación.

En el primer modelo, dice, era el sacerdote quien "presentaba las intenciones del pueblo" y las transmitía a Dios en la liturgia. El Concilio Vaticano II cambió eso. "A través de la comprensión del sacerdocio de todos los bautizados, ya no es solamente el sacerdote el que celebra la Eucaristía, sino que todos los bautizados celebran con él", explica.

"Sin duda se trata de la comprensión más profunda de lo que significa la 'participación'. No solo leemos, cantamos, movemos objetos en el santuario o logramos controlar a los niños [sic] o lo que sea, sino que profundizamos en la vida divina, que nos ha sido manifestada en el misterio pascual. –La posición modernista sobre la Misa y el sacerdocio de los laicos no podría resumirse mejor.

Monseñor Roche lamenta que la lógica detrás de las reformas conciliares aún no se "entienda completamente". La formación, dice, ha sido "muy insuficiente" en ciertas áreas de la vida católica, y esto es aún más cierto en los seminarios, donde fuertes corrientes están presionando para volver a estilos de vestimenta y liturgia anteriores al Concilio Vaticano II.

Christopher Lamb expresa la consternación de su interlocutor señalando que no es raro que los sacerdotes recién ordenados que salen de los seminarios en el mundo occidental comiencen casi de inmediato a celebrar la Misa Tridentina.

Por eso, la congregación encabezada por monseñor Roche pide a los seminarios que enseñen "la riqueza de la reforma litúrgica exigida por el Concilio Vaticano II", y todo sacerdote recién ordenado que desee celebrar la Misa utilizando los libros litúrgicos anteriores a Vaticano II deberá obtener la autorización de la Santa Sede.

Y el prefecto de la liturgia afirma una vez más que lo que inicialmente era una concesión se había convertido en una "promoción de un retorno a lo que existía antes del Concilio Vaticano II". Esto "no se podía tolerar porque el Concilio cambió la forma en que avanzamos. Es una cuestión sencilla".

– Es esta sencilla cuestión la que deben ponderar los beneficiarios de una exención de las medidas de Traditionis custodes, porque su exención no les exime, según el mismo Papa Francisco, de tener en cuenta las disposiciones de este motu proprio.

El 1 de marzo, la agencia suiza cath.ch publicó una entrevista concedida por el religioso dominico Henry Donnaud. Para explicar el decreto del 11 de febrero, este último hace una comparación sorprendente: "Creo que esta decisión debe leerse como la expresión de su manera de posicionarse [la del Papa].

Si me permiten un paralelo que puede resultar sorprendente, yo diría que Francisco actúa en el campo de la liturgia un poco como lo ha hecho en el de la moral familiar. Está, por un lado, la cuestión de los principios (sobre los que se muestra estricto) y, por otro lado, la aplicación de estos principios (en la que es posible cierta flexibilidad)".

– En otras palabras, el decreto debe leerse como Amoris lætitia (2016) que reafirma la indisolubilidad del matrimonio y autoriza, en una nota y con carácter pastoral, la comunión a los divorciados vueltos a casar que se han liberado de esta indisolubilidad.

Un poco más adelante, el Padre Donnaud declara: "La Fraternidad San Pedro afirma que no critica ni cuestiona la Misa de Pablo VI. Esta es una gran diferencia que contrasta con las afirmaciones de algunos tradicionalistas, que dicen que la Misa de Pablo VI es una Misa "de segunda categoría" o "que no honra la dimensión del sacrificio".

"Habiéndose distanciado la Fraternidad San Pedro de estas declaraciones inaceptables, el Papa no quiso exigir demasiado a las personas apegadas a la liturgia tridentina obligándolos a cambiar sus prácticas de la noche a la mañana. Por lo tanto, mostró una benevolencia pastoral hacia la Fraternidad".

Cabe señalar que la ausencia de crítica a la nueva misa es, según el Padre Donneaud, lo que ha permitido a la Fraternidad San Pedro beneficiarse de esta benevolencia pastoral, manteniendo en principio las exigencias doctrinales conciliares. Pero después de la benevolencia, los requisitos habrán de cumplirse concretamente, y esto es lo que propone:

"Es oportuno, por tanto, seguir trabajando para que la liturgia de Vaticano II sea recibida en todas partes. Después de este Concilio, los campos se congelaron un poco. Pero los cambios podrían ser posibles. Por ejemplo, en las celebraciones donde todavía se utiliza el misal tridentino, se podrían introducir elementos que permitan la participación activa de los fieles promovida por el Concilio Vaticano II.

"La liturgia es etimológicamente un 'acto del pueblo'; leer las lecturas en francés, pedir a los fieles que recen el 'Padre Nuestro' podrían ser caminos a explorar en estas celebraciones. E incluso, recientemente hemos visto a esta comunidad tan tradicionalista recurrir a la concelebración…"

El Padre Donneaud no es solo un intelectual, también es un hombre de campo. En septiembre de 2021, fue nombrado por el Papa Asistente Apostólico, para "acompañar" a las Dominicas del Espíritu Santo, las religiosas de Pontcalec (Morbihan). A la luz de sus palabras, podemos adivinar en qué dirección se producirá este acompañamiento.